martes, 9 de junio de 2020

La vieja granaína de El Canario Chico. Recitales con Paco del Gas y Francisco Rus.


El Canario Chico bastón en mano, el guitarrista Francisco Rus y Paco el del Gas.
Fotografía inédita del tiempo de sus actuaciones en Granada, otoño de 1896.


El Canario Chico

El Canario Chico fue un cantaor gaditano de Villamartín nacido en el año 1871 que debió su nombre artístico a emular a aquél otro Canario, el de Álora, Juan de la Cruz Reyes Osuna (1857-1885), el de más renombre que revolucionó el palo de las malagueñas y que tan triste final tuvo, asesinado en la sucursal que El Burrero tenía en Triana.
Manuel Reina ‘El Canario Chico’ no fue el único aventurero flamenco que ostentó aquél alias artístico pues ya en su tiempo salieron otros cantaores que así se hacían llamar, caso de Juan Ríos, José Hidalgo y Serafín Vázquez, si bien fue Manuel el que más fama tuvo. Su reconocimiento trascendió la propia afición flamenca ya que su forma de entender el cante y la versatilidad de su repertorio lo acercó a públicos más variopintos, pues su voz se prestaba también a abordar tanto aires regionales extra-andaluces como arias o trozos de zarzuela en sus recitales. Además de buen cantaor tocaba con solvencia la guitarra, acompañándose él mismo la mayoría de las veces a la antigua usanza. Tuvo pleno conocimiento del cante de su tiempo al que aportó creaciones propias en diferentes palos sobre todo en malagueñas y guajiras. Por si fuera poco, fue un auténtico trotamundos, pues además de actuar en la mayoría de los cafés cantantes de Cádiz, Sevilla, Córdoba y Málaga hizo incursiones en solitario a tierras de Murcia, Alicante, Almería y Granada como es el caso que ahora recordaremos.

Así, finalizando el verano de 1896 Manuel Reina ‘El Canario Chico’ pasó por la ciudad de Granada y realizó una serie de recitales. El primero de ellos tuvo lugar domingo 13 de septiembre de 1896, donde cantó, acompañándose él mismo a la guitarra, según anunció la prensa de la ciudad:

La Publicidad. Diario de avisos, noticias y telegramas” de Granada
Sábado 12 de septiembre de 1896.

Del repertorio del Canario Chico se han de destacar  esas “bonitas ‘Malagueñas’, originales del mismo, de su antecesor y de Chacón”, “Guajiras nuevas’, letra y música del mismo” y los tanguillos gaditanos “alusiva á ‘Los insurrectos’...” y  El tango ‘¿De Maceo qué?’...”; resaltando el hecho de que por entonces ya cantaba “granadinas”.[1]

El recital fue todo un éxito, tanto, que se organizó otro a beneficio del público programado para el jueves 17 de septiembre y que contaría con el siguiente programa, según se especificaba:

El Popular. Diario granadino independiente de la tarde” de Granada.
Jueves 17 de septiembre de 1896.

Son llamativas esas “Soleares con entradas de Alegría”, que bien podían estar asociadas a los juguetillos de remate de soleares que se cree fueron aporte excepcional de El Loco Mateo, o puede que cantes parecidos a esas «cantiñas por soleares» que, siguiendo quizá esa línea impuesta por el Loco, cantara Carapiedra.
Con respecto a las referidas coplas “¿De Maceo qué?” y “¿De los yenkees qué?”, se trataba de unos tanguillos del repertorio del coro “Los claveles” de El Tío de la Tiza. Tales tanguillos fueron muy populares y los tenían entre su repertorio varios cantaores de la época. Así, además de El Canario Chico, los cantaron entre otros muchos El Mochuelo que llegó a grabarlos y Rafael Pareja. Gracias a Javier Osuna García podemos ofrecer la letra de los mismos:

Si los Estados Unidos                                               por ver si a esos cobardes pegaba
proclaman esta beligerancia                                      la enfermedad
bien pueden proclamarse                                           y reventaban todos de ese mal
por unos Estados de mucha guasa.                           y dejaban a España vivir en paz.
De Maceo, ¿qué?                                                      Parece mentira
De Maceo, ¡ná!                                                         que los Yankees falsos
Nada ha conseguido ni nunca                                   escondan la cara
lo conseguirá.                                                            tras unos mulatos
De los Yanquees, ¿qué?                                          y en Cuba perezca de España la flor
De los Yankees, ¡ná!                                                  con tanta mala sombra
se quitan de en medio                                                porque es sabido 
de cuatro guantás.                                                     que un español
Yo quisiera que a Máximo Gómez ¿sabes?               vale por cien mulatos
le dieran viruelas                                                       y otros cien Yankees
y que allá a los Estados Unidos ¿sabes?                  de Nueva York”.
a curarse fuera 

Para nuestro relato es interesante la nota final, por la que se dice que tomarían parte algunos aficionados granadinos. “La Publicidad” de ese mismo día reiteraba dicho punto:

...En este programa tomarán parte algunos aficionados de Granada; y por ser la función á beneficio del público, solo costará la entrada ‘dos reales’.”.[2]

Aunque no lo diga es más que probable que entre tales cantaores locales estuvieran presentes ya Paco el del Gas y El Calabacino. Ese mismo diario recogerá el éxito del cantaor, apostillando lo que sería una prórroga en sus conciertos, cuando advierte:

Las numerosas personas que asistieron al espectáculo quedaron muy contentas, habiendo muchos aficionados que no pudieron oírle anoche, á causa de que en el local no cabía más gente, y por ello se proponen rogar al ‘Canario Chico’, que dé otro concierto el sábado ó domingo, en el teatro de Isabel la Católica.”.[3]

El desaparecido Teatro Isabel La Católica de Granada que estuvo situado en la Plaza de los Campos. Inaugurado 1864, duró hasta el 10 de marzo de 1936, poco antes de estallar la guerra civil, cuando revolucionarios de la CNT lo asaltaron y quemaron destruyéndolo por completo. Desde 1952 existe otro teatro con el mismo nombre si bien en la Plaza del Casino por emplazarse en el solar que había ocupado el Casino de Granada.


Momentos antes del inicio del tercer recital del cantaor programado para el domingo 20 de septiembre, debido a “un inconveniente ageno en absoluto á la voluntad del ‘Canario’” se pospuso el evento para el jueves 24, festividad de la Virgen de las Mercedes. No obstante El Canario Chico tuvo tiempo para dar el día antes, miércoles, una actuación previa en el Salón de Bellas Artes del diario “El Defensor de Granada” en el que ya estuvo acompañado por el guitarrista Francisco Rus, y así lo comentó el citado periódico:

El Defensor de Granada”, miércoles 23 de septiembre de 1896


Merced al tirón del cantaor en la Ciudad de los Cármenes y al reducido precio de las localidades el teatro completó su aforo para el jueves. Así lo contaron los diarios el día después:

El Defensor de Granada”, viernes 25 de septiembre de 1896

Contó pues El Canario Chico con la participación de Paco del Gas y El Calabacino, además del tocaor Francisco Rus quien, ¡cómo no!, siguiendo la tradición más genuina de los guitarristas populares andaluces, tenía por oficio el de barbero:


 El Popular”, viernes 25 de septiembre de 1896:

Francisco Rubio López, conocido por Paco el del Gas, había nacido probablemente en el pueblo granadino Santafé en el año 1872. Su apodo devenía de haber tenido durante un tiempo el oficio de farolero. Se sabe que estilaba gran número de cantes. Solía cantar por soleá utilizando entre sus coplas ésta adaptada de una temporera:

Si voy a la fuente y bebo agua
el agua no la aminoro,
pero sí aumento la corriente
con las lágrimas que lloro”.

Cantaba también un fandango versado en los jabegotes o cantes de marengos de Málaga, que quizá aprendiera de su amigo Antonio El Calabacino -quien afincado en Granada era malagueño de origen-, adaptándolo a sus modos y utilizando por copla un poema de Ángel Ganivet:

Yo me llevé a un ruiseñor
lejos, muy lejos, de España,
y en sus cantares decía:
Quiero vivir en Granada,
Granada es la tierra mía”.

Fernando el de Triana lo englobaba dentro de los “verdaderos fenómenos, verdaderas lumbreras” del cante granadino y Eduardo Molina Fajardo decía de él que “Fue uno de los mejores interpretes de granaínas”.[4]

El Canario Chico, volvería a actuar en el Teatro Isabel la Católica de Granada el domingo 27 de septiembre, con similar repertorio, y al día siguiente por la tarde viajó a la cercana localidad de Santafé para ofrecer esa misma noche otro concierto, aunque no fue solo:

La Publicidad” de Granada, martes 29 de septiembre de 1896

El recital ofrecido en el Casino de Santafé, fue seguido y comentado a través de cartas fechadas el día después de sendos corresponsales, entre ellas ésta para el periódico “La Publicidad”:

La Publicidad” de Granada, jueves 1 de octubre de 1896.
La imagen de la derecha nos muestra por vez primera al cantaor granadino Paco el del Gas

Calle Real de Santafé donde se ubicó el antiguo casino de la localidad. 
(Posiblemente el segundo edificio de la derecha).

Entre otras curiosidades citar que El Canario Chico echó mano a su repertorio de trozos de zarzuelas siendo acompañado para dicho menester, y a falta de orquesta, por un guitarrista aficionado de la localidad:

El Defensor de Granada”, jueves 1 de octubre de 1896

Todo un acontecimiento este concierto del Canario Chico, pues terminaba la carta inserta en el diario diciendo:

...En el casino la animación no decayó hasta bien tarde, pues se concedió en él franca entrada al público. Lo mismo sucedió, como antes digo, en las calles, en las que parecía se celebraba una bulliciosa verbena.
Tanto por la organización del agradable recreo, como por los trabajos que para su mejor éxito hicieron, merecen plácemes los jóvenes socios del casino Sres. Rosales, Noguera, García, Gamiz, Blanca, González, Liñán y otros.
Después de terminadas las serenatas, fueron agasajados los jóvenes antes referidos, así como otros varios señores y los artistas que en el concierto tomaron parte, con un suculento ‘lunch’ en casa de don Manuel Carrión, cuyo señor hizo un verdadero alarde de su generosidad, obsequiando á los invitados con exquisitos manjares, licores y varias botellas de Champagne.”.

Las siguientes noticias de Paco el del Gas y Francisco Rus son del homenaje que se le tributó al veterano cantaor Rafael Gálvez ocho días después, en el Teatro Isabel La Católica, junto a una pléyade de buenos aficionados de la tierra:

El Popular”, miércoles 7 de octubre de 1896

Vemos que entre ellos se encontraban El Tejeringuero, El Calabacino y Juan Crespo, aquél que muchos meses antes de las Fiestas del Corpus de 1922 puso una “Escuela de Cante” para aficionados locales con vistas a su posible participación en el mítico Concurso de Cante Jondo de Granada, y de quien el gacetillero “Paco el de la Electricidad”, tras entusiasmarse “oyendo cantar admirablemente á Manuel Rosales unas malagueñas originalísimas y á Paco el del Gas unas acariciadoras guajiras,” contó:
Pero entonces canta Juan Crespo malagueñas con una voz de cristal, llena, además de reconcentradas ternuras, que va derecha al corazón y lo suspende como el que para un reloj:

Mi madre me preguntó
Por qué lloras coma un niño:
Lloro por una mujer
A quien quiero con delirio
Y ella no me puede ver. (...).”.[5]

Además de soleares, jaberas, tangos, alegrías y cantiñas para baile, y por supuesto granaínas, llaman la atención esas tarantas, recogidas como “Levantiscas”, que se cantaron alguna de ellas con la famosa copla:

Pobrecitos los mineros
qué desgraciaítos son
que viven bajo la tierra
y mueren sin confesión”.

También las malagueñas, entre ellas los estilos de Juan Breva y la Trini por Ramón Manchao y El Calabacino[6], respectivamente; también el estilo de Manolillo el de Jerez que cantó Francisco Sevilla. ¿Serían las famosas malagueñas de El Loli?

En definitivas cuentas, como también se constató:

Mucho se aplaudió á todos los cantantes y tocaores, distinguiendo al beneficiado Rafael Gálvez, que cantó una seguidilla y unas granadinas de buen estilo, en las que puso toda su alma.”.[7]

Pero hemos de preguntarnos ¿Y El Canario Chico? Participó en dicho homenaje que finalmente tuvo lugar el domingo 11 de octubre:

La Publicidad” de Granada, jueves 8 de octubre de 1896

A finales de ese mes Manuel Reina abandonó Granada con dirección a Almería sin dejar de dar recitales.

La Publicidad” de Granada, sábado 31 de octubre de 1896

Liceo Andaluz de Guadix, principios del siglo XX (Ideal.es)

Además del recital del Liceo que tuvo lugar el martes 3, dio otro concierto en el Teatro Pósito En Guadix, con franco éxito el domingo 8 de noviembre, antes de arribar a Almería, ciudad donde dio otra serie de recitales, el primero de ellos el sábado 14 de noviembre de 1896.

El Popular” de Granada, viernes 13 de noviembre de 1896

Concierto fue reseñado de esta forma por el diario local “La Crónica Meridional” del domingo de 1896:

Teatro Principal.
Anoche se celebró en el teatro Principal, el concierto andaluz organizado por el célebre cantador D. Manuel Reina (‘Canario Chico’), que tan conocido es de las principales capitales de España.
Dicho artista cantó con mucho gusto una bonita composición de Malagueñas, Guajiras nuevas, tangos y Cartageneras cosechando en todos los números muchos aplausos.
El Sr. Reina tiene buena voz y canta con bastante afinación, habiendo acreditado anoche la justa fama da que goza como tenor andaluz. (...).
El público salió satisfecho de la velada. Esta noche dará otro concierto.”.[8]

El siguiente concierto del Canario Chico fue el domingo 22 de noviembre. Así lo reseñó el referido diario dos días después:

Otro concierto.
En el teatro Principal ha dado su tercer concierto el célebre tenor andaluz D. Manuel Reina (a) ‘Canario Chico’ en el que además tomaron parte el cantador almeriense José Sánchez (‘Marmolista’) y el tocador Gaspar Vivas.
Lo mismo estos que el Sr. Reina, fueron muy aplaudidos, saliendo el público muy satisfecho del espectáculo.
Por los dueños del Café Suizo, se está en tratos para contratar al ‘Canario Chico’ con objeto de que éste dé un concierto en dicho café.
Oportunamente daremos cuenta del día en que dicho cantador dé el anunciado concierto.”.[9]

Café Suizo de Almería, en 1920.
Fue uno de los establecimientos donde actuó El Canario Chico a finales de 1896.

Y así llegamos al momento en que curiosamente tanto El Canario Chico por un lado, como Paco el del Gas y el tocaor Francisco Rus por otro, comparecerían ante sus respectivos públicos el mismo día: domingo 29 de noviembre de 1896. Los segundos lo hacían en un nuevo homenaje, esta vez al ya mencionado Juan Crespo en el Teatro Isabel La Católica de Granada, mientras que El Canario Chico cantaría nuevamente ante el público del Teatro Principal de Almería, batiéndose en un singular duelo con Pepe El Marmolista y ejecutando entre otros cantes tarantas de la tierra que se anunciaban como “almerienses”.

Cartel del beneficio al cantaor Juan Crespo en el Teatro Isabel La Católica de Granada para el domingo 29 de noviembre de 1896

Fotografía inédita de El Canario Chico y anuncio del duelo que mantuvo en Almería con Pepe El Marmolista recogido en “La Crónica Meridional. Diario liberal, independiente y de intereses generales”; domingo 29 de noviembre de 1896


Aun siendo amplio el abanico de cantes poco variarían en los homenajes granadinos asociados a los mismos cantaores. Los que estilaron mayor repertorio fueron Villanueva que, además de alegrías para el baile y malagueñas, volvería a cantar soleares y ahora seguiriyas y polo, y Rafael Gálvez que si en su homenaje cantó granaínas y seguiriyas ahora deleitaría con soleares y serranas. Antonio El Tegeringuero volvería a cantar malagueñas y ahora soleares; Juan Crespo por su parte como cantase antes para baile alegrías y tangos, volvería en su homenaje a repetir soleares, terminando por malagueñas. El Rizao estilaría nuevamente sus tarantas, Martín El Calero sus granaínas y tanto Manuel Rosales como Antonio el Calabacino malagueñas, repitiendo este último en los estilos de La Trini.
En este segundo homenaje no aparecen en principio los malagueñeros Ramón Machado ni Miguel Cuéllar, y las curiosas “Malagueñas de Manolillo el de Jerez”, corren a cargo ahora de “Antonio Sevilla”, cuando antes las estilaba “Francisco Sevilla”, lo que quizá obedezca a un nombre compuesto, más que a un error en el cartel. Por su parte, Paco el del Gas, además de cantar sus malagueñas y guajiras sería requerido para cantar unos “Tangos nuevos”.
En el baile estuvieron Manuel El Calderero y con toda seguridad José Maya, y como tocaores repiten Francisco Rus, José de la Rosa, Andresillo y posiblemente Juan El Rizao y Juan El Calderero.



La granaína de El Canario Chico

Tras el relato es menester siquiera atender a un cante de El Canario Chico que además es, de los que dejó grabados, uno de los que se han conservado y además el cante por excelencia de esta tierra cantaora: la granaína.
Conocemos, y últimamente se ha difundido entre los aficionados, la granaína que acabando el siglo XIX grabó El Canario Chico para la casa Berliner (62.609). Se trata de una serie de dos cantes que Manuel Reina registró apenas 4 años después de estas actuaciones en Granada. Así lo anunciaba el propio Manuel Reina: “¡Granadinas, cantadas por El Canario Chico y acompañadas a la guitarra por Manuel López!”. Ya vimos como en septiembre de 1896 las estilaba, por lo que hay que entender que estuvo años antes por la tierra, y por tanto su cante sería distinto al que estilaban Martín El Calero, Rafael Gálvez o el propio Paco del Gas entre los cantaores locales que conoció en esta época que hemos narrado.

El Canario Chico inicia la serie con una granaína algo personalizada, en la que se puede vislumbrar el molde melódico que Don Antonio Chacón también utilizara para elaborar su estilo de inicio, que él siempre llamó “Media granadina”. Manuel Reina remata con un cante fronterizo malagueño-granadino que versa en el fandango veleño de remate de Juan Breva, si bien con clara acentuación granadina, atribuyéndose esta versión a África Vázquez, cantaora de La Peza (Granada).

Escuchemos la grabación de El Canario Chico a quien a compaña con la guitarra Miguel López:



(Para escuchar mejor y descargar audios pulsar recuadro superior de Ventana externa)

Granadina de El Canario Chico                      Fandango granadino de África La Peceña

¡Viva el Puente del Genil!                              Que me penetras el alma
Viva Graná que es mi tierra                           Eres como la flor del romero
Viva el Puente del Genil;                                que me penetras el alma;
La Virgen de las Angustias                             y yo como bien te quiero
la Alhambra y el Albaicín                               voy mirando tus pisadas
la Alhambra y el Albaicín                               hermosísimo lucero.

Pues bien creo observar en esta granaína de El Canario Chico una confluencia musical con un fandango con el que La Niña de los Peines remata la primera grabación que realizara en placas de pizarra en 1910 acompañada de Ramón Montoya. Se trata de la placa que lleva por título «Tarantas “Una pena impertinente”» (Zonophone X‑5‑53.009; 857y), y que tras, efectivamente, una taranta –como así lo anuncia también la cantaora de viva voz, aunque catalogada como cartagenera de Chacón-, remata con el interesante cante que nos ocupa. La taranta tiene un claro sesgo almeriense y es ejecutada con la conocida letra: “De noche y día / una pena impertinente / que reina en mí de noche y día / porque a mí en este mundo ná me divierte / no tengo más alegría / y que el rato que voy a verte”, tras la cual Pastora remata con el aludido fandango utilizando esta copla:
Y no me quiero acordar
Yo ví a mi mare morir
y no me quiero acordar,
fue tanto lo que sufrí
que en vez de echarme a llorar
mi llanto rompió en reír”.

He hecho el pegado de ambos cantes (granaína de El Canario Chico con el presente fandango de remate de La Niña de los Peines prescindiendo de la taranta), para poder tener una rápida comparativa sobre sus similitudes.



Así vemos como quizá la granaína de El Canario Chico pudiera derivar de un fandango granadino poco conocido o ya extinto que salvó del olvido la genial Pastora Pabón en una de las primeras grabaciones que realizó en formato de pizarra.

En su momento quien esto suscribe creyó ver en este raro fandango matices lucentinos. Con el paso del tiempo me fui convenciendo de mi error y tras este hallazgo he de corregirme en este punto por las evidencias musicales que aquí se presentan. [10] Ya observamos sin embargo que este cante se solía utilizar antaño como acompañante de los estilos mineros pues sirve de remate a los mismos en al menos tres ocasiones más que evidencian cómo eran los repertorios antiguos.

Así El Niño de La Isla, también en el año de 1910 y acompañado de Ramón Montoya lo registra de modo idéntico a como lo hace aquí la Niña de los Peines y con la referida copla: “Y no me quiero ni acordar...”, con variación en el 4º verso cantado: “fue tan grande mi sentir”, en dos ocasiones:

- como remate nuevamente de la "cartagenera" de Don Antonio Chacón ya aludida [“(Que reina en mí) De noche y día...”] (Zonophone 552.157).

- como remate de la cartagenera de El Niño de Cabra [“Hasta el camposanto me fui un día. / Buscando yo a una mujer / hasta el camposanto me fuí un dia; / y una lápida me encontré / con un letrero que decía: / "Muerta estoy por tu querer"-” (Zonophone 552.196).

Así pues, este cante es mucho más antiguo de lo que en principio parecía ya que El Niño de la Isla lo tenía en su repertorio, teniendo como su mentor en estos cantes a El Niño de Cabra siete años mayor que él. Este hecho es el que motivó en su momento que nos decantáramos en situar el fandango en Córdoba.

También la murciana Antonia Martínez Burruezo "La Salerito", cantaora de Caravaca de La Cruz, en 1914, y posiblemente acompañada de la guitarra de José Grau –hijo de El Rojo el Alpargatero-, lo utiliza como remate al primer estilo de taranta de El Rojo precisamente [“Y a la guitarra que suene / Dale, dale, compañera / y a la guitarra, que suene, / que está mi niño durmiendo / y quiero que se desvele / por lo mucho que le quiero] (Regal C 3.038; 48261), y con la una copla con la que además Cayetano Muriel solía cantar su aludido estilo de cartagenera:

Y en el burro mando yo
Yo soy el amo del burro
y en el burro mando yo.
cuando quiero digo: ¡arre!
cuando me parece: ¡sóo!
¡Arre, burro, que ya es tarde!



Podemos convenir que este viejo fandango –que se canta bajo la regla de la malagueña: 1er tercio libre y 2º y 3º ligados-, se utilizó antaño para rematar tarantas y cartageneras de los repertorios de Chacón y El Rojo. Esto nos llevaría a fundamentar en algo el conocimiento que posiblemente tuviera el propio Chacón y otros cantaores de su tiempo, como El Niño de Cabra y el mismísimo Canario Chico de este cante que quizá sirviera de molde melódico a partir del cual recrear las primeras granaínas cortas ya autónomas o de mayor libertad interpretativa con respecto a fandangos zonales, propios de Granada y con tratamiento flamenco como el de África La Peceña, pero aún sujetos a ritmo.
Posible fotografía de La Rubia de Málaga 
(Detalle del Café del Burrero de Sevilla. Emilio Beauchy, 1885)

En este sentido no hay que desatender lo dicho por Manolo de Huelva entre las opiniones que del guitarrista recogiera Virgina Randolph Harrison, quien afirmaba: 

Chacón puso la “media granadina”: era un cante chico de malagueña, cantado por la Rubia de Málaga en el café sevillano de Manuel el Burrero”. [11]

El Canario Chico también formó parte del elenco del Café del Burrero y escuchó con frecuencia a La Rubia de Málaga al igual que Chacón, incluso antes que él ¿Podríamos estar ante ese cante corto por malagueñas embrión de las primeras granaínas conocidas? 


Rafael Chaves Arcos


[1] Este anuncio también se insertó en otros diarios de la prensa local de Granada, como en la página 2 del n.º 9.275 de “El Defensor de Granada” y portada del n.º 3.736 de “La Publicidad. Diario de avisos, noticias y telegramas” en sus ediciones del día siguiente, domingo 13 de septiembre de 1896.

[2] Páginas 1 y 2 del n.º 3.740 de “La Publicidad”, jueves 17 de septiembre de 1896.

[3] Página 2 del n.º 3.741 de “La Publicidad”, viernes 18 de septiembre de 1896.

[4] (Fernando el de Triana: “Arte y Artistas Flamencos”; Ed. Demófilo. Fernán Núñez (Córdoba) 1978, pág. 271) y (Eduardo Molina Fajardo: “El Flamenco en Granada. Teoría de sus orígenes e historia”; Ed. Miguel Sánchez Editor. Granada; 1974, pág. 64).

[5] En portada del n.º 9.315 del “El Defensor de Granada”, martes 13 de octubre de 1896.

[6] Hay que recordar que El Calabacino estilaba una malagueña propia que grabó Juan El Canastero, hijo de El Cagachín, en el disco “Mosaico de los cantes granadinos” (Fonodis) en 1983.

[7] Página 2 del n.º 9.313 de “El Defensor de Granada”, domingo 11 de octubre de 1896.

[8] Página 3 del n.º 11.058 de “La Crónica Meridional” de Almería; domingo 15 de noviembre de 1896.

[9] En portada del n.º 11.067 de “La Crónica Meridional” de Almería; martes 24 de noviembre de 1896. Algunas de estas noticias sobre el Canario Chico en Almería ya fueron dadas a conocer por Antonio Sevillano Miralles en su libro: “Almería por Tarantas (Cafés cantantes y artistas de la tierra)”; Ed. Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería. 1996, páginas 164 y 166.

[10] Rafael Chaves Arcos & Norman Paul Kliman: “Los Cantes Mineros a través de los registros de pizarra y cilindros”; Ed. de autor (El Flamenco Vive). Madrid, 2013, páginas 542 y 453, donde atribuíamos el fandango momentáneamente a Dolores de La Huerta, como estilo 2.º

 [11]  Rodrigo de Zayas: “Manolo de Huelva acompaña...” (Libreto que acompaña la colección de grabaciones del mismo título); Ed. Pasarela S.L. (Sevilla), 2015; página 55.

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