El Canario Chico bastón en mano, el
guitarrista Francisco Rus y Paco el del Gas.
Fotografía inédita del tiempo de sus actuaciones en
Granada, otoño de 1896.
El Canario Chico
El Canario Chico fue un cantaor gaditano de Villamartín nacido en el año 1871 que debió su nombre artístico a emular a aquél otro Canario, el de Álora, Juan de la Cruz Reyes Osuna (1857-1885), el de más renombre que revolucionó el palo de las malagueñas y que tan triste final tuvo, asesinado en la sucursal que El Burrero tenía en Triana.
Manuel
Reina ‘El Canario Chico’ no fue el único aventurero flamenco que ostentó aquél
alias artístico pues ya en su tiempo salieron otros cantaores que así se hacían
llamar, caso de Juan Ríos, José Hidalgo y Serafín Vázquez, si bien fue Manuel el que más
fama tuvo. Su reconocimiento trascendió la propia afición flamenca ya que su
forma de entender el cante y la versatilidad de su repertorio lo acercó a
públicos más variopintos, pues su voz se prestaba también a abordar tanto aires
regionales extra-andaluces como arias o trozos de zarzuela en sus recitales.
Además de buen cantaor tocaba con solvencia la guitarra, acompañándose él mismo
la mayoría de las veces a la antigua usanza. Tuvo pleno conocimiento del cante
de su tiempo al que aportó creaciones propias en diferentes palos sobre todo en
malagueñas y guajiras. Por si fuera poco, fue un auténtico trotamundos, pues
además de actuar en la mayoría de los cafés cantantes de Cádiz, Sevilla,
Córdoba y Málaga hizo incursiones en solitario a tierras de Murcia, Alicante,
Almería y Granada como es el caso que ahora recordaremos.
Así,
finalizando el verano de 1896 Manuel Reina ‘El Canario Chico’ pasó por la
ciudad de Granada y realizó una serie de recitales. El primero de ellos tuvo
lugar domingo 13 de septiembre de 1896, donde cantó, acompañándose él mismo a
la guitarra, según anunció la prensa de la ciudad:
“La Publicidad.
Diario de avisos, noticias y telegramas” de Granada
Sábado 12 de septiembre de 1896.
Del
repertorio del Canario Chico se han de destacar
esas “bonitas ‘Malagueñas’,
originales del mismo, de su antecesor y de Chacón”, “Guajiras nuevas’, letra y música del mismo” y los tanguillos
gaditanos “alusiva á ‘Los insurrectos’...”
y “El
tango ‘¿De Maceo qué?’...”; resaltando el hecho de que por entonces ya
cantaba “granadinas”.[1]
El
recital fue todo un éxito, tanto, que se organizó otro a beneficio del público
programado para el jueves 17 de septiembre y que contaría con el siguiente
programa, según se especificaba:
“El Popular.
Diario granadino independiente de la tarde” de Granada.
Jueves 17 de septiembre de 1896.
Son
llamativas esas “Soleares con entradas de
Alegría”, que bien podían estar asociadas a los juguetillos de remate de
soleares que se cree fueron aporte excepcional de El Loco Mateo, o puede que
cantes parecidos a esas «cantiñas por soleares» que, siguiendo quizá esa línea
impuesta por el Loco, cantara Carapiedra.
Con
respecto a las referidas coplas “¿De
Maceo qué?” y “¿De los yenkees qué?”,
se trataba de unos tanguillos del repertorio del coro “Los claveles” de El Tío de la Tiza. Tales tanguillos fueron muy
populares y los tenían entre su repertorio varios cantaores de la época. Así,
además de El Canario Chico, los cantaron entre otros muchos El Mochuelo que
llegó a grabarlos y Rafael Pareja. Gracias a Javier Osuna García podemos
ofrecer la letra de los mismos:
“Si los Estados Unidos por ver si a esos cobardes pegaba
proclaman esta beligerancia la
enfermedad
bien pueden proclamarse y reventaban todos de ese mal
por unos Estados de mucha guasa. y
dejaban a España vivir en paz.
De Maceo, ¿qué? Parece
mentira
De Maceo, ¡ná! que
los Yankees falsos
Nada ha conseguido ni nunca escondan la cara
lo conseguirá. tras unos mulatos
De los Yanquees, ¿qué? y en Cuba
perezca de España la flor
De los Yankees, ¡ná! con tanta
mala sombra
se quitan de en medio porque
es sabido
de cuatro guantás. que un
español
Yo quisiera que a Máximo Gómez ¿sabes? vale por cien mulatos
le dieran viruelas y
otros cien Yankees
y que allá a los Estados Unidos ¿sabes? de Nueva York”.
a curarse fuera
Para
nuestro relato es interesante la nota final, por la que se dice que tomarían
parte algunos aficionados granadinos. “La
Publicidad” de ese mismo día reiteraba dicho punto:
“...En este
programa tomarán parte algunos aficionados de Granada; y por ser la función á
beneficio del público, solo costará la entrada ‘dos reales’.”.[2]
Aunque
no lo diga es más que probable que entre tales cantaores locales estuvieran
presentes ya Paco el del Gas y El Calabacino. Ese mismo diario recogerá el
éxito del cantaor, apostillando lo que sería una prórroga en sus conciertos,
cuando advierte:
“Las numerosas
personas que asistieron al espectáculo quedaron muy contentas, habiendo muchos
aficionados que no pudieron oírle anoche, á causa de que en el local no cabía
más gente, y por ello se proponen rogar al ‘Canario Chico’, que dé otro
concierto el sábado ó domingo, en el teatro de Isabel la Católica.”.[3]
El desaparecido Teatro Isabel La Católica de Granada
que estuvo situado en la Plaza de los Campos. Inaugurado 1864, duró hasta
el 10 de marzo de 1936, poco antes de estallar la guerra civil, cuando revolucionarios
de la CNT lo asaltaron y quemaron destruyéndolo por completo. Desde 1952 existe
otro teatro con el mismo nombre si bien en la Plaza del Casino por emplazarse en el solar que había ocupado el Casino
de Granada.
Momentos antes del inicio del tercer recital del cantaor programado para el domingo 20 de septiembre, debido a “un inconveniente ageno en absoluto á la voluntad del ‘Canario’” se pospuso el evento para el jueves 24, festividad de la Virgen de las Mercedes. No obstante El Canario Chico tuvo tiempo para dar el día antes, miércoles, una actuación previa en el Salón de Bellas Artes del diario “El Defensor de Granada” en el que ya estuvo acompañado por el guitarrista Francisco Rus, y así lo comentó el citado periódico:
“El Defensor de
Granada”, miércoles 23 de septiembre de 1896
Merced
al tirón del cantaor en la Ciudad de los Cármenes y al reducido precio de las
localidades el teatro completó su aforo para el jueves. Así lo contaron los
diarios el día después:
“El Defensor de
Granada”, viernes 25 de septiembre de 1896
Contó
pues El Canario Chico con la participación de Paco del Gas y El Calabacino, además
del tocaor Francisco Rus quien, ¡cómo no!, siguiendo la tradición más genuina
de los guitarristas populares andaluces, tenía por oficio el de barbero:
“El Popular”, viernes 25 de septiembre de
1896:
Francisco
Rubio López, conocido por Paco el del Gas, había nacido probablemente en el
pueblo granadino Santafé en el año 1872. Su apodo devenía de haber tenido
durante un tiempo el oficio de farolero. Se sabe que estilaba gran número de
cantes. Solía cantar por soleá utilizando entre sus coplas ésta adaptada de una
temporera:
“Si voy a la
fuente y bebo agua
el agua no la
aminoro,
pero sí
aumento la corriente
con las
lágrimas que lloro”.
Cantaba
también un fandango versado en los jabegotes o cantes de marengos de Málaga,
que quizá aprendiera de su amigo Antonio El Calabacino -quien afincado en
Granada era malagueño de origen-, adaptándolo a sus modos y utilizando por copla un poema de Ángel Ganivet:
“Yo me llevé a
un ruiseñor
lejos, muy
lejos, de España,
y en sus
cantares decía:
Quiero vivir
en Granada,
Granada es la
tierra mía”.
Fernando
el de Triana lo englobaba dentro de los “verdaderos fenómenos, verdaderas
lumbreras” del cante granadino y Eduardo Molina Fajardo decía de él que “Fue uno de los mejores interpretes de
granaínas”.[4]
El
Canario Chico, volvería a actuar en el Teatro Isabel la Católica de Granada el
domingo 27 de septiembre, con similar repertorio, y al día siguiente por la
tarde viajó a la cercana localidad de Santafé para ofrecer esa misma noche otro
concierto, aunque no fue solo:
“La Publicidad”
de Granada, martes 29 de septiembre de 1896
El
recital ofrecido en el Casino de Santafé, fue seguido y comentado a través
de cartas fechadas el día después de sendos corresponsales, entre ellas ésta
para el periódico “La Publicidad”:
“La Publicidad”
de Granada, jueves 1 de octubre de 1896.
La imagen de la derecha nos muestra por vez primera al
cantaor granadino Paco el del Gas
Calle Real de Santafé donde se ubicó el antiguo casino
de la localidad.
(Posiblemente el segundo edificio de la derecha).
Entre
otras curiosidades citar que El Canario Chico echó mano a su repertorio de
trozos de zarzuelas siendo acompañado para dicho menester, y a falta de
orquesta, por un guitarrista aficionado de la localidad:
“El Defensor de
Granada”, jueves 1 de octubre de 1896
Todo
un acontecimiento este concierto del Canario Chico, pues terminaba la carta
inserta en el diario diciendo:
“...En el casino
la animación no decayó hasta bien tarde, pues se concedió en él franca entrada
al público. Lo mismo sucedió, como antes digo, en las calles, en las que parecía
se celebraba una bulliciosa verbena.
Tanto por la
organización del agradable recreo, como por los trabajos que para su mejor
éxito hicieron, merecen plácemes los jóvenes socios del casino Sres. Rosales,
Noguera, García, Gamiz, Blanca, González, Liñán y otros.
Después de
terminadas las serenatas, fueron agasajados los jóvenes antes referidos, así
como otros varios señores y los artistas que en el concierto tomaron parte, con
un suculento ‘lunch’ en casa de don Manuel Carrión, cuyo señor hizo un verdadero
alarde de su generosidad, obsequiando á los invitados con exquisitos manjares,
licores y varias botellas de Champagne.”.
Las
siguientes noticias de Paco el del Gas y Francisco Rus son del homenaje que se
le tributó al veterano cantaor Rafael Gálvez ocho días después, en el Teatro
Isabel La Católica, junto a una pléyade de buenos aficionados de la tierra:
“El Popular”,
miércoles 7 de octubre de 1896
Vemos
que entre ellos se encontraban El Tejeringuero, El Calabacino y Juan Crespo,
aquél que muchos meses antes de las Fiestas del Corpus de 1922 puso una “Escuela de Cante” para aficionados
locales con vistas a su posible participación en el mítico Concurso de Cante
Jondo de Granada, y de quien el gacetillero “Paco el de la Electricidad”, tras
entusiasmarse “oyendo cantar
admirablemente á Manuel Rosales unas malagueñas originalísimas y á Paco el del
Gas unas acariciadoras guajiras,” contó:
“Pero entonces
canta Juan Crespo malagueñas con una voz de cristal, llena, además de
reconcentradas ternuras, que va derecha al corazón y lo suspende como el que
para un reloj:
Mi
madre me preguntó
Por qué
lloras coma un niño:
Lloro por una
mujer
A quien
quiero con delirio
Y ella no me
puede ver. (...).”.[5]
Además
de soleares, jaberas, tangos, alegrías y cantiñas para baile, y por supuesto
granaínas, llaman la atención esas tarantas, recogidas como “Levantiscas”, que se cantaron alguna de
ellas con la famosa copla:
“Pobrecitos los
mineros
qué
desgraciaítos son
que viven
bajo la tierra
y mueren sin
confesión”.
También
las malagueñas, entre ellas los estilos de Juan Breva y la Trini por Ramón
Manchao y El Calabacino[6],
respectivamente; también el estilo de Manolillo el de Jerez que cantó Francisco
Sevilla. ¿Serían las famosas malagueñas de El Loli?
En
definitivas cuentas, como también se constató:
“Mucho se
aplaudió á todos los cantantes y tocaores, distinguiendo al beneficiado Rafael
Gálvez, que cantó una seguidilla y unas granadinas de buen estilo, en las que
puso toda su alma.”.[7]
Pero
hemos de preguntarnos ¿Y El Canario Chico? Participó en dicho
homenaje que finalmente tuvo lugar el domingo 11 de octubre:
“La Publicidad”
de Granada, jueves 8 de octubre de 1896
A
finales de ese mes Manuel Reina abandonó Granada con dirección a Almería sin
dejar de dar recitales.
“La Publicidad”
de Granada, sábado 31 de octubre de 1896
Liceo Andaluz de Guadix, principios del siglo XX
(Ideal.es)
Además
del recital del Liceo que tuvo lugar el martes 3, dio otro concierto en el
Teatro Pósito En Guadix, con franco éxito el domingo 8 de noviembre, antes de
arribar a Almería, ciudad donde dio otra serie de recitales, el primero de
ellos el sábado 14 de noviembre de 1896.
“El Popular”
de Granada, viernes 13 de noviembre de 1896
Concierto
fue reseñado de esta forma por el diario local “La Crónica Meridional” del domingo de 1896:
“Teatro
Principal.
Anoche se
celebró en el teatro Principal, el concierto andaluz organizado por el célebre
cantador D. Manuel Reina (‘Canario Chico’), que tan conocido es de las
principales capitales de España.
Dicho artista
cantó con mucho gusto una bonita composición de Malagueñas, Guajiras nuevas,
tangos y Cartageneras cosechando en todos los números muchos aplausos.
El Sr. Reina
tiene buena voz y canta con bastante afinación, habiendo acreditado anoche la
justa fama da que goza como tenor andaluz. (...).
El público
salió satisfecho de la velada. Esta noche dará otro concierto.”.[8]
El
siguiente concierto del Canario Chico fue el domingo 22 de noviembre. Así lo
reseñó el referido diario dos días después:
“Otro concierto.
En el teatro
Principal ha dado su tercer concierto el célebre tenor andaluz D. Manuel Reina
(a) ‘Canario Chico’ en el que además tomaron parte el cantador almeriense José
Sánchez (‘Marmolista’) y el tocador Gaspar Vivas.
Lo mismo
estos que el Sr. Reina, fueron muy aplaudidos, saliendo el público muy
satisfecho del espectáculo.
Por los
dueños del Café Suizo, se está en tratos para contratar al ‘Canario
Chico’ con objeto de que éste dé un concierto en dicho café.
Oportunamente
daremos cuenta del día en que dicho cantador dé el anunciado concierto.”.[9]
Café Suizo de Almería, en 1920.
Fue uno de los establecimientos donde actuó El Canario Chico a finales de 1896.
Y así llegamos al momento en que curiosamente tanto El Canario Chico por un lado, como Paco el del Gas y el tocaor Francisco Rus por otro, comparecerían ante sus respectivos públicos el mismo día: domingo 29 de noviembre de 1896. Los segundos lo hacían en un nuevo homenaje, esta vez al ya mencionado Juan Crespo en el Teatro Isabel La Católica de Granada, mientras que El Canario Chico cantaría nuevamente ante el público del Teatro Principal de Almería, batiéndose en un singular duelo con Pepe El Marmolista y ejecutando entre otros cantes tarantas de la tierra que se anunciaban como “almerienses”.
Cartel del beneficio al cantaor Juan Crespo en el
Teatro Isabel La Católica de Granada para el domingo 29 de noviembre de 1896
Fotografía inédita de El Canario Chico y anuncio del
duelo que mantuvo en Almería con Pepe El Marmolista recogido en “La Crónica Meridional. Diario liberal,
independiente y de intereses generales”; domingo 29 de noviembre de 1896
Aun
siendo amplio el abanico de cantes poco variarían en los homenajes granadinos
asociados a los mismos cantaores. Los que estilaron mayor repertorio fueron Villanueva
que, además de alegrías para el baile y malagueñas, volvería a cantar soleares
y ahora seguiriyas y polo, y Rafael Gálvez que si en su homenaje cantó
granaínas y seguiriyas ahora deleitaría con soleares y serranas. Antonio El
Tegeringuero volvería a cantar malagueñas y ahora soleares; Juan Crespo por su
parte como cantase antes para baile alegrías y tangos, volvería en su homenaje
a repetir soleares, terminando por malagueñas. El Rizao estilaría nuevamente
sus tarantas, Martín El Calero sus granaínas y tanto Manuel Rosales como
Antonio el Calabacino malagueñas, repitiendo este último en los estilos de La
Trini.
En
este segundo homenaje no aparecen en principio los malagueñeros Ramón Machado
ni Miguel Cuéllar, y las curiosas “Malagueñas
de Manolillo el de Jerez”, corren a cargo ahora de “Antonio Sevilla”, cuando antes las estilaba “Francisco Sevilla”, lo que quizá obedezca a un nombre compuesto,
más que a un error en el cartel. Por su parte, Paco el del Gas, además de
cantar sus malagueñas y guajiras sería requerido para cantar unos “Tangos nuevos”.
En
el baile estuvieron Manuel El Calderero y con toda seguridad José Maya, y como
tocaores repiten Francisco Rus, José de la Rosa, Andresillo y posiblemente Juan
El Rizao y Juan El Calderero.
La granaína de El Canario Chico
Tras
el relato es menester siquiera atender a un cante de El Canario Chico que además es, de los que dejó grabados, uno de los que se han conservado y además el cante por excelencia de esta tierra cantaora: la granaína.
Conocemos,
y últimamente se ha difundido entre los aficionados, la granaína que acabando
el siglo XIX grabó El Canario Chico para la casa Berliner (62.609). Se trata de una
serie de dos cantes que Manuel Reina registró apenas 4 años después de estas
actuaciones en Granada. Así lo anunciaba el propio Manuel Reina: “¡Granadinas, cantadas por El Canario Chico y
acompañadas a la guitarra por Manuel López!”. Ya vimos como en septiembre de 1896 las estilaba, por lo que hay que entender que estuvo años antes por la tierra, y por tanto su cante sería distinto al que estilaban Martín El Calero, Rafael Gálvez o el propio Paco del Gas entre los cantaores locales que conoció en esta época que hemos narrado.
El
Canario Chico inicia la serie con una granaína algo personalizada, en la que se
puede vislumbrar el molde melódico que Don Antonio Chacón también utilizara
para elaborar su estilo de inicio, que él siempre llamó “Media granadina”. Manuel Reina remata con un cante fronterizo
malagueño-granadino que versa en el fandango veleño de remate de Juan Breva, si
bien con clara acentuación granadina, atribuyéndose esta versión a África Vázquez, cantaora
de La Peza (Granada).
Escuchemos la grabación de El Canario Chico a quien a compaña con la guitarra Miguel López:
(Para escuchar mejor y descargar audios pulsar recuadro superior de Ventana externa)
Granadina
de El Canario Chico Fandango
granadino de África La Peceña
¡Viva el Puente del Genil! Que me penetras el
alma
Viva Graná que es mi tierra Eres como la flor del
romero
Viva el Puente del Genil; que me penetras
el alma;
La Virgen de las Angustias y yo como bien te
quiero
la Alhambra y el Albaicín voy mirando tus
pisadas
la Alhambra y el Albaicín hermosísimo lucero.
Pues bien creo observar en esta granaína de El Canario Chico una confluencia musical con un fandango con el que La Niña de los Peines remata la
primera grabación que realizara en placas de pizarra en 1910 acompañada de
Ramón Montoya. Se trata de la placa que lleva por título «Tarantas “Una pena impertinente”» (Zonophone X‑5‑53.009; 857y), y
que tras, efectivamente, una taranta –como así lo anuncia también la cantaora de viva voz, aunque catalogada como cartagenera de Chacón-, remata con el interesante cante que nos ocupa. La taranta tiene un claro sesgo almeriense y es ejecutada con la conocida letra: “De noche
y día / una pena impertinente / que reina en mí de noche y día / porque a mí en
este mundo ná me divierte / no tengo más alegría / y que el rato que voy a
verte”, tras la cual Pastora remata con el aludido fandango utilizando esta copla:
“Y no me quiero
acordar
Yo ví a mi
mare morir
y no me
quiero acordar,
fue tanto lo
que sufrí
que en vez de
echarme a llorar
mi llanto
rompió en reír”.
He hecho el pegado de ambos cantes (granaína de El Canario Chico con el presente fandango de remate de La Niña de los Peines prescindiendo de la taranta), para poder tener una rápida comparativa sobre sus similitudes.
Así
vemos como quizá la granaína de El Canario Chico pudiera derivar de un fandango
granadino poco conocido o ya extinto que salvó del olvido la genial Pastora
Pabón en una de las primeras grabaciones que realizó en formato de pizarra.
En su momento quien esto suscribe creyó ver en este raro fandango matices lucentinos. Con el paso del tiempo me fui convenciendo de mi error y tras este
hallazgo he de corregirme en este punto por las evidencias musicales que aquí
se presentan. [10] Ya observamos sin embargo que este cante se solía utilizar antaño como acompañante de los estilos mineros pues sirve de remate a los mismos en al
menos tres ocasiones más que evidencian cómo eran los repertorios antiguos.
Así
El Niño de La Isla, también en el año de 1910 y acompañado de Ramón Montoya lo registra de modo idéntico a como lo hace aquí la
Niña de los Peines y con la referida copla: “Y no me quiero ni acordar...”,
con variación en el 4º verso cantado: “fue tan grande mi sentir”, en dos
ocasiones:
- como remate nuevamente de la "cartagenera" de Don
Antonio Chacón ya aludida [“(Que reina en mí) De noche y día...”] (Zonophone 552.157).
-
como remate de la cartagenera de El Niño de Cabra [“Hasta
el camposanto me fui un día. / Buscando yo a una mujer / hasta el camposanto me
fuí un dia; / y una lápida me encontré / con un letrero que decía: /
"Muerta estoy por tu querer"-” (Zonophone 552.196).
Así pues, este cante es mucho más antiguo de lo que en principio parecía ya que El Niño de la Isla lo tenía en su repertorio, teniendo como su mentor en estos cantes a El Niño de Cabra siete años mayor que él. Este hecho es el que motivó en su momento que nos decantáramos en situar el fandango en Córdoba.
También la murciana Antonia Martínez Burruezo "La
Salerito" , cantaora de Caravaca de La Cruz, en 1914, y posiblemente acompañada de la
guitarra de José Grau –hijo de El Rojo el Alpargatero-, lo utiliza como remate al primer estilo
de taranta de El Rojo precisamente [“Y
a la guitarra que suene / Dale, dale,
compañera / y a la guitarra, que suene, / que está mi niño durmiendo / y quiero que se desvele / por lo mucho que le quiero”] (Regal C 3.038; 48261), y con la una copla con la que además Cayetano Muriel solía cantar su aludido estilo de cartagenera:
También la murciana Antonia Martínez Burruezo "
“Y en el burro mando yo
Yo soy el amo del burro
y en el burro mando yo.
cuando quiero digo: ¡arre!
cuando me parece: ¡sóo!
¡Arre, burro, que ya es tarde!”
Podemos convenir que este viejo fandango –que se canta bajo la regla de la malagueña: 1er tercio libre y 2º y 3º ligados-, se utilizó antaño para rematar tarantas y cartageneras de los repertorios de Chacón y El Rojo. Esto nos llevaría a fundamentar en algo el conocimiento que posiblemente tuviera el propio Chacón y otros cantaores de su tiempo, como El Niño de Cabra y el mismísimo Canario Chico de este cante que quizá sirviera de molde melódico a partir del cual recrear las primeras granaínas cortas ya autónomas o de mayor libertad interpretativa con respecto a fandangos zonales, propios de Granada y con tratamiento flamenco como el de África La Peceña, pero aún sujetos a ritmo.
Posible fotografía de La Rubia de Málaga
(Detalle del
Café del Burrero de Sevilla. Emilio Beauchy, 1885)
En
este sentido no hay que desatender lo dicho por Manolo de Huelva entre las
opiniones que del guitarrista recogiera Virgina Randolph Harrison, quien
afirmaba:
“Chacón puso la “media granadina”: era un cante chico
de malagueña, cantado por la Rubia de Málaga en el café sevillano de Manuel el
Burrero”. [11]
El
Canario Chico también formó parte del elenco del Café del Burrero y escuchó con frecuencia a
La Rubia de Málaga al igual que Chacón, incluso antes que él ¿Podríamos estar ante ese cante corto
por malagueñas embrión de las primeras granaínas conocidas?
Rafael Chaves Arcos
[1] Este anuncio también se insertó en otros diarios de
la prensa local de Granada, como en la página 2 del n.º 9.275 de “El Defensor de Granada” y portada del
n.º 3.736 de “La Publicidad. Diario de
avisos, noticias y telegramas” en sus ediciones del día siguiente, domingo
13 de septiembre de 1896.
[2] Páginas 1 y 2 del n.º 3.740 de “La Publicidad”, jueves 17 de septiembre de 1896.
[3] Página 2 del n.º 3.741 de “La Publicidad”, viernes 18 de septiembre de 1896.
[4] (Fernando el de Triana: “Arte y Artistas Flamencos”;
Ed. Demófilo. Fernán Núñez (Córdoba) 1978, pág. 271) y (Eduardo Molina Fajardo:
“El Flamenco en Granada. Teoría de sus
orígenes e historia”; Ed. Miguel Sánchez Editor. Granada; 1974, pág. 64).
[5] En portada del n.º 9.315 del “El Defensor de Granada”, martes 13 de octubre de 1896.
[6] Hay que recordar que El Calabacino estilaba una
malagueña propia que grabó Juan El Canastero, hijo de El Cagachín, en el disco
“Mosaico de los cantes granadinos” (Fonodis) en 1983.
[7] Página 2 del n.º 9.313 de “El Defensor de Granada”, domingo 11 de octubre de 1896.
[8] Página 3 del n.º 11.058 de “La Crónica Meridional” de Almería; domingo 15 de noviembre de 1896.
[9] En portada del n.º 11.067 de “La Crónica Meridional” de Almería; martes 24 de noviembre de 1896.
Algunas de estas noticias sobre el Canario Chico en Almería ya fueron dadas a
conocer por Antonio Sevillano Miralles en su libro: “Almería
por Tarantas (Cafés cantantes y artistas de la tierra)”; Ed. Instituto de
Estudios Almerienses de la Diputación Provincial de Almería. 1996,
páginas 164 y 166.
[10] Rafael Chaves Arcos & Norman Paul Kliman: “Los Cantes Mineros a través de los registros de pizarra y cilindros”; Ed. de autor (El Flamenco Vive). Madrid, 2013, páginas 542 y 453, donde atribuíamos el fandango momentáneamente a Dolores de La Huerta, como estilo 2.º
[11] Rodrigo de Zayas: “Manolo de Huelva acompaña...” (Libreto que acompaña la colección de
grabaciones del mismo título); Ed. Pasarela S.L. (Sevilla), 2015; página 55.
[10] Rafael Chaves Arcos & Norman Paul Kliman: “Los Cantes Mineros a través de los registros de pizarra y cilindros”; Ed. de autor (El Flamenco Vive). Madrid, 2013, páginas 542 y 453, donde atribuíamos el fandango momentáneamente a Dolores de La Huerta, como estilo 2.º
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