sábado, 9 de mayo de 2020

Aquel bailaor llamado Pepe Ronda



Casi nada se sabía de este bailaor –conocido también como «El Ronda» o «El Maestro Ronda»-, y las pocas veces que se le citó se le hacía oriundo o natural de la hermosa ciudad malagueña y serrana de recios cantes y legendaria escuela torera que evocaba su nombre artístico. La confusión venía dada por su primer apellido pues nuestro personaje se llamó José Ronda Cuadrado. Comparto algunos datos que he hallado con los que intentaré perfilar siquiera un boceto de la trayectoria artística de este singular aventurero del flamenco y gran bailaor desconocido para la afición.


Partida de bautismo de José Ronda Cuadrado; expedida en Málaga, 13 de octubre de 1859.


De Málaga

Según consta en el documento bautismal:

José Ronda Cuadrado nació en Málaga en el n.º 46 de la desaparecida calle del Cauce del antiguo barrio de Ollerías, el domingo 9 de octubre de 1859 a las siete de la mañana. Era hijo de Cristóbal Ronda Moncayo de profesión ‘jornalero’ y natural de Cártama, y de Beatriz Cuadrado García, de Málaga. Sus abuelos eran también de la provincia malagueña: los paternos se llamaron Cristóbal y Ana, naturales de Cártama, y los maternos Francisco é Inés ambos del pueblo de El Colmenar.
Fue bautizado cinco días después en la cercana parroquia de Santa Cruz y San Felipe Neri, entre otros con el nombre del titular de dicha advocación pues se le aplicaron los de Juan José Dionisio Felipe Neri, aunque sería conocido toda su vida por el segundo de ellos: José.

Trasladada su familia en primera instancia al n.º 11 de la calle Capuchinos (que da nombre a ese barrio lindante con el de El Molinillo) y posteriormente al n.º 21 de la referida calle del Cauce, ejerció su padre el oficio de “Carpintero”, según aparece en otros documentos, que compaginaría con el de “Jornalero” por cuenta ajena.
José no debió tener una infancia fácil pues ya desde los 4 a los 9 años conoció de cerca la tragedia en su propia familia. Tuvo al menos tres hermanos que desgraciadamente vendrían a engrosar la alta mortalidad infantil de la época: dos de ellos con el nombre de Cristóbal (el primero nacido en marzo de 1863 y fallecido al año y medio, y el segundo nacido en febrero de 1868 que murió a los ocho meses) y María (que nació en febrero de 1867 y murió a los dos años de edad).
Como curiosidad señalamos que un hermano de su padre llamado José, se había casado con una hermana de su madre, Antonia, en 1860. Este matrimonio, que había vivido también en la calle del Cauce, en marzo de 1879 estaban domiciliados en la no lejana calle del Llano del Mariscal, con sus hijos, primos hermanos por partida doble del futuro bailaor, entre ellos el benjamín y recién nacido Cristóbal Luis Ronda Cuadrado.

Mucho más de su infancia y adolescencia no podemos señalar si bien hemos de elucubrar con la posibilidad de que el joven Pepe Ronda ayudase a su padre como aprendiz de carpintero, aunque bien pronto se despertaría en él su indisimulada afición al baile andaluz.
Dada la gran oferta flamenca que en su tiempo gozaba Málaga, hemos de inferir como precoz su inicio e inmediata dedicación a este arte en cuerpo y alma, recalando con asiduidad en los importantes cafés cantantes que por el tiempo de su mocedad albergaba la ciudad y en cuyos elencos llegaría al poco a formar parte.
Uno de los cafés cantantes que sin duda frecuentaría fue el Café del Sevillano (luego llamado de Bernardo), situado en la calle Siete Revueltas en el antiguo solar del Café Sin Techo, donde sin duda Pepe Ronda tomaría contacto con artistas flamencos como Petrolo, Paco El Sevillano, El Chato de Jerez (en Málaga conocido por Chato Javero) o Fernando El Mezcle, entre los posibles cantaores; La Cuenca, Las Hermanas Borriqueras o Paquiro, entre los posibles bailaores, y el Maestro Jonjona y Paco de Lucena entre los guitarristas.[1]

Calle Santa Lucía de Málaga, al desembocar en calle Convalecientes y en la acera de la izquierda, cercano a la Parroquia de San Ciríaco y Santa Paula, estuvo el Café del Turco. (Foto Marín 1928. Archivo Historia de Málaga).

Si bien fue ya en el Café del Turco, situado en el ensanche de la placeta que forma la calle Santa Lucía a la desembocadura de la de Convalecientes, donde hay evidencias claras de sus comparecencias como profesional. Así, según apunta Francisco Bejarano Robles, en su obra “Las Calles de Málaga”, Pepe Ronda llegó a actuar con toda probabilidad hacia mediados de los años ochenta del siglo XIX, cuando el referido autor habla del establecimiento, del que ofrece además la nómina de los artistas que con él compartieron aquel escenario:

El público del “Café del Turco” era, quizás, más escogido que el del “Sevillano”, aunque no faltaba allí, como en todos los cafés cantantes, el elemento pueblerino.
La parte principal del espectáculo la constituían el cante y el baile flamencos, destacando entre los artistas que allí actuaron el célebre e imprescindible Juan Breva, Francisco Lema «Fosforito», El Caribe, Piquito de Oro y otros.
Por el año 1890 llegó Fernando el de Triana contratado a esta café, donde conoció a Trinidad Navarro «La Trini». También actuó en el Turco como cantaor, Manolito el de Jerez, del que cuentan era muy tacaño y no daba ni la hora de un reloj que se había comprado.
En el Turco comenzó a trabajar Salvador Rodríguez, que más tarde quedó como guitarrista «oficial» del Chinitas.
Otro artista de la guitarra que ya empezaba a ser famoso y que actuó allí, fue el maestro Juan Navas, que acompañó en diversas ocasiones a Loringuillo de Coín.
Maestro del Baile era un tal Pepe Ronda, así llamado por el lugar de su origen, que tuvo una academia de su especialidad en Lagunillas. Y La Paca, que hizo popular una cancioncilla que se titulaba «El Afilador»...”.[2]

Aunque, como se observa, Paco Percheles yerra en su lugar de nacencia, ofrece sin embargo los curiosos e importantes datos de que, hacia final de esos años ochenta, Pepe Ronda ya era “Maestro de baile” y “que tuvo una academia de su especialidad en Lagunillas”.

Cuadro flamenco de la época donde se aprecia al guitarrista Maestro Jonjona 
(foto Antonio Espulgas, Barcelona, hacia 1885)
Parecido porte al del bailaor del elenco debió tener el malagueño Pepe Ronda.


Almería, Sevilla y vuelta a Málaga.

Es muy posible que José Ronda, además del baile cultivara también el cante y la guitarra pues su concepción del flamenco debió ser muy completa y amplia. De otro modo no es posible entender su vertiginosa y temprana madurez en este arte. Con tal solvencia y credenciales en el baile, cumplidos los 21 años, lo tenemos enrolado con una compañía flamenca que actúa en la vecina Almería. El escenario: El Café de Colón, y según presenta con arte este anuncio, tenía ya cierto predicamento y fama:

Crónica Meridional. Diario liberal independiente y de intereses generales” de Almería
miércoles 8 y jueves 9 de octubre de 1890.


Sus aptitudes para el baile debieron llegar a ser tan ponderadas que no pasó demasiado tiempo hasta que lo contratase El Burrero en Sevilla para reforzar el elenco de la última sucursal de su café cantante situado en la calle Sierpes, 11, con puertas a las calles Azofaifo y Pasión.

Así lo expresa el cantaor Rafael Pareja en el Capítulo III de sus “Recuerdos y confesiones” tal como los redactara el periodista Juan Biondi, en el apartado titulado “Nómina del Café El Burrero”, dando cumplida referencia de dicho elenco en el año 1893, del que formaba parte el propio Pareja y que da ligera idea del arsenal de artistas con que el bailaor malagueño compartieron aquel escenario.
Así, Pareja presenta a “Pepe Ronda” entre los Bailaores, junto a: “Los “Lamparillas” (padre e hijo)”, esto es junto a Antonio El Pintor y su hijo, además de un “Cuadro de Palillos: El maestro Moreno y su señora, también maestra, y seis parejas de boleras”; señalando que:

En aquella fecha integraban el cuadro con el tocaor y jefe del conjunto, el gran Pérez, los elementos siguientes: Tocaores: el maestro Juan “El Jorobao” y Robles. Cantaores: don Antonio Chacón, “Fosforito”, “El Perote” de Álora, “El Canario Chico” (...), Juanito Ríos (...), “El Niño de Tomares” (...), “El Bohigas”, Paco “Botas” y “El Macaca”. Cantaoras: María Valencia, “La Serrana” y “La Juanaca””.[3]

Compartió en ese tiempo escenario igualmente con otros grandes del género, pues como apunta el cantaor trianero:
Había más artistas en el Café de Burrero, como Enriqueta “la de Macaca”, “La Pitraca”, “La Rana”, “La Melliza” y su tía Rosario “La Honrá”, Carmelita Borbolla, “La Sordita” (...), Antonia “La Viuda”, Juana y Fernanda Antúnez, “La Roteña”, Carlota Ortega (...), Rosario Huertas, “Las Coquineras” (María y Antonia) y “Las  Macarronas” (María y Juana).”.[4]

Si bien es en el Capítulo IX de estos escritos, donde Pareja comentará una anécdota de este bailaor que da la medida real de su valía y capacidades. Lo refiere en el epígrafe titulado de “Bailaores y bailarines.- Pepe Ronda y “El Moreno”.- Apuesta original.-”, que cuenta en los siguientes términos:

Como prueba del culto que se rendía al baile, y la afición que sentían los bailaores, con miras siempre a mejorar, perfeccionar el arte, estimulándose con los demás, voy a referir una anécdota ocurrida en “El Café El Burrero” entre el maestro Moreno (que llevaba tres parejas de boleras y la maestra), y Pepe Ronda, de Málaga, bailaor de fama, de quien ya he hablado en anterior capítulo.
En una de las célebres reuniones del citado Café, a la que asistía don Ramón Barce, persona muy conocida en Sevilla en aquella época, discutieron los dos maestros, asegurando Pepe Ronda a Moreno que su baile era mucho más difícil que el de palillos y que para demostrarlo le ponía a Moreno seis “escobillas” y le daba: dos meses de plazo para aprenderlas y que a él -a Pepe Ronda- le bastaba una semana para bailar por ejemplo el “baile inglés” que era el más difícil de cuantos interpretaban las boleras.
Para darle “más color” a la apuesta, depositaron cada uno 50 duros en manos del “señó” Manuel “El Burrero”.
Así fue aceptado, pero a los tres días, cuando llegó Pepe Ronda, le dijo a Moreno:
-Esta noche salgo yo a bailar con las boleras el “baile inglés”.
Así lo hizo y en sus saltos y trenzados no sólo sobresalió sobre el conjunto sino que superó al propio maestro quien, al terminar, dijo noblemente:
-Llevas razón. He perdío.
Los cincuenta duros que había ganado el bailaor se gastaron allí mismo, en sabroso “pescao frito”, vino negro, rabanitos y otras “atracciones” de las que estaban al uso entonces, durando el jolgorio hasta por la mañana”.[5]

Esta anécdota es elocuente, pues es a partir de ese tiempo cuando incorporará Pepe Ronda las danzas boleras a su extenso repertorio de baile flamenco, ofertando la dualidad de ambas disciplinas en sus actuaciones.
De Sevilla regresaría al año siguiente a su ciudad de Málaga para seguir dando clases como nos detalla la siguiente nota de la prensa local:

La Unión Mercantil. Diario de intereses generales” de Málaga
domingo 21 de enero de 1894.

Este anuncio fue publicado en “La Unión Mercantil” desde el domingo 21 al martes 30 de enero de 1894. Adviértase que vivía al lado del local que hasta hace poco tiempo había albergado el popular Café del Sevillano, apenas dos años antes de que una de las reformas urbanísticas que sufrió la calle Siete Revueltas demoliese el histórico inmueble.

También Pepe Ronda aparece por ese tiempo como maestro de baile actuando en los Jardines “Hernán Cortés” situados en La Caleta de Málaga. Se trataba en esencia de un enclave que contaba con un acreditado merendero-restaurante donde se organizaban variados espectáculos públicos, desde conciertos de música clásica y ‘bell canto’, hasta baile español-bolero y también cante y baile flamenco.

La Unión Mercantil” de Málaga; viernes 2 de febrero de 1894.

Debió actuar en varias ocasiones en el referido restaurante, si bien se sabe que a inicios de julio de ese mismo año de 1894, atendería otras demandas artísticas siendo sustituido su grupo por un elenco de boleros de bailes españoles dirigidos por el joven maestro granadino Antonio Castillo Peña.


Santander. 

Dos años más tarde lo encontramos contratado en el Café Español de Santander ciudad que marcaría el devenir artístico y vital de nuestro protagonista. El establecimiento llamado -hasta mediados de marzo de 1896- como Café América, estaba situado en la confluencia de las calles Cuesta con Cuesta del Hospital. Su cambio nominal obedecía a un intento de disociarlo del flamenco que con profusión se exhibió en su escenario, promoviendo una nueva oferta a base de compañías de zarzuela y música clásica. Si bien la nueva empresa del Señor Hoyuela pronto hubo de retornar escalonadamente a sus fueros flamencos, mucho más rentables, y lo hizo precisamente con la contratación de José Ronda y un elenco a su cargo ya iniciado el mes de julio:

El Cantábrico. Diario de la mañana” de Santander; martes 7 de julio de 1896.

Pepe Ronda es anunciado como maestro de bailes y bailaor flamenco, por lo que se deduce que cultivaba la danza bolera de cara al público. Para estas danzas se haría acompañar de piano que tocaba el guitarrista madrileño Manuel Herranz como se observa en este nuevo suelto de la prensa local:

El Cantábrico” de Santander; jueves 9 de julio de 1896.

Pepe Ronda sería además el encargado de elegir a aquellos artistas del género andaluz que bien conocía para reforzar su elenco. En este caso un cantaor y una bailaora al parecer oriundos de San Fernando:

El Cantábrico” de Santander; viernes 24 de julio de 1896.

El mismo diario publicaba un día después:

Café Español (antes América).
De nueve de la noche en adelante fiesta andaluza por reputados artistas.”.[6]

Calle de la Cuesta, Santander, año 1962. En esta pequeña vía se ubicó el antiguo Café América
(Fotografía de escenasdesantander.blogspot.com)

En septiembre de ese año el café retoma las compañías de zarzuela y bailes de salón, y a mediados de diciembre de 1896 realiza una reforma con la que vuelve a cambiar de nombre, ahora por el de “Café Santander-Asturias”. Para su reapertura, en enero de 1897, actuará de nuevo el malagueño, exponiéndose en su reclamo los éxitos alcanzados en otras poblaciones a la vez que se le anuncia a lo largo de ese mes como “José Ronda ‘non-plus-ultra’ de los bailadores”, con el baile inglés entre su repertorio bolero, el que aprendiera del Maestro Moreno en el Burrero de Sevilla:

El Cantábrico” de Santander; miércoles 13 de enero de 1897.

Aunque no lo especifica es muy posible que como guitarrista figurase en el cuadro Juan José Vargas Monje ‘Macarrón’, padre de Las Macarronas, que por aquella época acompañaba al cantaor El Pitoche, el que aquí se anuncia erróneamente como “Potochi”.[7]

Al final del mes se incorporaría el cantaor sevillano José Acosta, y la cantaora y bailaora roteña Inés Jiménez:

El Cantábrico. Diario de la mañana” de Santander; martes 26 de enero de 1897. Este anuncio se mantuvo hasta al menos el domingo 31 de enero.


El cantaor José Acosta Delgado (Sociedad Anónima Fonográfica, año 1900) e Inés Jiménez ‘La Hija del Moreno de Rota’ (Archivo M. Bohórquez), quienes actuaron en Santander con Pepe Ronda.


Al final de ese mes, tras la marcha de Las Macarronas, Pitoche e Inés la de Rota, se incorporan, entre otros artistas, las bailaoras sevillanas Las Borriqueras:

El Cantábrico” de Santander; ediciones del lunes 1 y martes 2 de febrero de 1897.

Este cuadro es posible que estuviera actuando en este café cantante hasta el final de este año de 1897. Desde el día 24 de diciembre compartieron escenario con los boleros Maestro José Castillo y Carmen Álvarez. No obstante se sabe que Pepe Ronda mantuvo un cuadro flamenco hasta julio de 1898 aunque no se puede precisar los artistas que intervinieron en el café, local que en septiembre de ese año tenía por propietario a un tal don Ramón Sánchez.

Hasta dos años y medio después no se tienen más noticias de Pepe Ronda, antes de reaparecer en los cafés cantantes de Santander. Hemos de convenir que durante este tiempo es muy probable que retornara a su tierra, pues es muy raro que no haya noticia de él en la capital cántabra en tan largo periodo de tiempo. O quizá algunos imponderables le mantuvieran apartado de su profesión. Nos inclinamos a pensar que volviera a Andalucía y a su ciudad de Málaga antes de afincarse definitivamente en Santander, donde este bailaor pasaría el resto de su vida.

De nuevo actuará en el antiguo Café América reconvertido ahora en “Café 1900, con la única particularidad de que aquel establecimiento tendría a partir de entonces su acceso por la calle Cuesta del Hospital.
Es de suponer que Pepe Ronda haría las funciones de fichaje y dirección del cuadro andaluz de la casa. Se le anuncia ahora en contadas ocasiones más por ser un elemento fijo y conocido del establecimiento. Justo al finalizar el verano de 1899 cantará en este escenario su amiga Paca Aguilera, según deja entrever estas breves reseñas:
Café 1900.
Anoche debutaron con gran éxito en este café las notables artistas, cuya venida se anunció hace días.
Las señoritas Pepita Sevilla y Paca Águila, y la señora Ángela Martínez, gustaron mucho y oyeron muchos aplausos. El local estaba completamente lleno.
Esta noche y los siguientes trabajarán también, ejecutando variados números.”.
_____
Café 1900.
También anoche acudió un numerosísimo público al Café 1900, donde llaman extraordinariamente la atención las bellas y aplaudidas artistas señoritas Pepita Sevilla y Paca Águila y la señora Ángela Martínez.
Esta tarde habrá ensayo y por la noche se presentarán por tercera vez la notable bailarina y cantadoras antes mencionadas.”.[8]

Poco después volverá a anunciarse a Pepe Ronda, a la vez que se confirman para el cuadro dos artistas de su tierra: la cantaora rondeña Paca Aguilera y el guitarrista ¿antequerano? Paco El Águila.

El guitarrista Paco El Águila y la cantaora Paca Aguilera compañeros de actuaciones de Pepe Ronda en Santander.


El Cantábrico. Diario de la mañana” de Santander; sábado 30 de septiembre de 1899.

Carecemos de noticias que nos digan si Pepe Ronda aún ejercía allí como bailaor de la casa, si bien se sabe que un mes después se contrató allí a “las notables artistas coreográficas hermanas Álvarez”, quienes “Bailando sevillanas hacen recordar la alta escuela de la inolvidable Güi Stefan (...).”.[9]
Sus comparecencias debieron ser cada vez menos frecuentes en tanto en cuanto que el café iba derivando más al género frívolo y de varietés sin flamenco.

En el nuevo siglo es posible que diera algunas actuaciones más en la ciudad, aunque lo que queda claro es su plena dedicación a la docencia de su arte como indica otra documentación a la que hemos tenido acceso.
Así la página 8 del n.º 71 del Suplemento del “Boletín Oficial de la Provincia de Santander”, correspondiente al 4 de mayo de 1905, recoge su nombre entre los demandantes a la Junta Municipal para que estimase su inclusión en las listas electorales. El n.º 152 de la misma publicación, correspondiente al 24 de septiembre de 1909, lo recoge como “José Ronda Cuadrado. Maestro de baile”, avecindado en la calle “Ruamayor, 9, mientras que el n.º 135 de dicho “Boletín” del 24 de agosto de 1910 ya lo inscribe en la rama del “Comercio” viviendo en la calle “Atarazanas, 10.
En dicha publicación provincial, tanto en el n.º 145 del 11 de septiembre de 1911 como en el n.º 18 del 9 de febrero de 1912, recoge entre los “Supernumerarios.- ‘Cabezas de familia’.-” a “José Ronda Cuadrado, profesor”, ahora viviendo en la calle “Ruamenor; 9, 3.º.”.

Decir que esta última calle confluye con la de la Cuesta del Hospital que, a su vez y en su tramo alto (en la intersección con la Calle Cuesta), albergaba el antiguo Café América referido, donde tantas veces bailara Pepe Ronda. Tanto la calle Ruamenor como la de la Cuesta del Hospital en sus respectivos tramos contrarios a los descritos desembocan a su vez en dos puntos distintos de la calle Ruamayor en la que como se ha visto también residió el bailaor. Todo este entramado de calles pertenece a lo que entonces se llamaba La Puebla Vieja que era el barrio más antiguo de la ciudad.

Calle Ruamenor de Santander en 2012
(Fotografía Blog: Historias de Camargo (Santander))

Es más que probable que, a pesar de tener su residencia en Santander, viajara Pepe Ronda por temporadas y con asiduidad a su tierra. Este hecho se consigna, para el último año referido, en la página 15 del diario “ABC” de Madrid en su edición del lunes 19 de agosto de 1912 al exponer parte de un curioso listado bajo el epígrafe “Colecciones de vales recibidos” de remitentes de varias poblaciones españolas, recabados quizá para el sorteo de “Una casa para obreros”. Pues bien, en la sección de “Málaga”, en segundo lugar aparece consignado un nombre que con toda seguridad se corresponda a nuestro personaje a través del número asignado: “J. Ronda Cuadrado, 8060.

Años después el n.º 108 del “Boletín Oficial de la Provincia de Santander”, del 9 de septiembre de 1918, cita su nuevo domicilio en la capital cántabra: “José Ronda Cuadrado, profesor de baile, Villas, 11, 3.º. ”; calle en la que vivió ininterrumpidamente desde el 8 de enero de 1919 al 20 de agosto de 1920.
En dicha calle tenía también su academia según se deduce de la nota que publica el diario local “El Cantábrico” del 5 de mayo de 1921, que lo anuncia como “José Ronda Cuadrado, profesor de baile”; así como el n.º 104 boletín provincial del 30 de agosto de 1922 al inscribirlo con el siguiente número: “147. José Ronda Cuadrado, P. de baile; Viñas, 11, 1.º ”.

Falleció José Ronda Cuadrado en este último domicilio a falta de menos de dos meses para cumplir los 66 años. La segunda página del referido periódico “El Cantábrico” del jueves 20 de agosto de 1925 anota escuetamente la muerte del bailaor:

El Cantábrico” de Santander; jueves 20 de agosto de 1925.

Se puede decir que la figura de este bailaor quedó algo desdibujada por su destino que le llevó a pasar la mayor parte de su vida a orillas del mar Cantábrico lejos de su quizás añorado Mediterráneo. Con toda probabilidad allí se casara y echara raíces, si bien la distancia de las geografías andaluzas donde más se movían los artistas de su gremio y generación contribuyeran a diluir su popularidad. Este hecho no disminuyó la fama ganada en Santander por su indiscutible valía como artista y maestro del baile flamenco.

Nada más he podido averiguar de él. Hasta aquí los datos por mí recabados de este ignorado aventurero del flamenco de Málaga que espero contribuyan a resarcir en parte su olvido. 


Rafael Chaves Arcos.


[1] Bejarano Robles, Francisco ‘Paco Percheles’: “Las calles de Málaga. De su historia y ambiente” (1ª edic. 1941), (2 Vos.); Ed. Aguval. Málaga, 1984, página 527.

[2] Bejarano Robles, Francisco; obra cit: “Las calles de Málaga...” Málaga, 1984, página 43; y “Cafés de Málaga... y otros establecimientos”. Recopilación de artículos publicados en la prensa local, entre el 23-XII-1940 y el 31-XII-1945); Ed. Bobastro. Málaga, 1989, páginas 82 y 83.

[3] Juan Rondón Rodríguez: “Recuerdos y confesiones del cantaor Rafael Pareja, de Triana”. Ediciones Flamenco. Córdoba 2001, pág. 29.

[4] Idbi; págs. 29 y 30.

[5] Idbi; págs. 71 y 72.

[6]El Cantábrico” de Santander; sábado 25 de julio de 1896.

[7] De julio a noviembre del año anterior ya habían estado en el mismo establecimiento, cuando todavía se llamaba Café América, junto a Francisco Lema ‘Fosforito’, Antonio de la Rosa ‘Pichiri’, Mariquita Malvío y la malagueña Carmen La Pichira.

[8]El Cantábrico” de Santander, viernes 22 y sábado 23 de septiembre de 1899.

[9]El Cantábrico” de Santander; martes 24 de octubre de 1899.

6 comentarios:

  1. Le felicito por su magnífico estudio sobre "El Ronda". Esperamos con interés nuevas entradas en este blog. Saludos desde Córdoba, romana, cristiana y mora.

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    1. Andrés. Gracias y perdona el retraso. La inexperiencia en estas cosas... Muy agradecido por tus comentarios

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    1. Perdonarme no he visto el comentario hasta hoy. Os pido disculpas. La inexperiencia en estas lides. Yo creía que el sistema te avisaría cada vez que hubiera un escrito, pero no era así. Aunque con algo de retraso os doy las gracias amigos míos. Espero veros pronto.

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  3. ¡Bienvenido al mundo de la "flamencoblogía"! Sabemos que tienes muchas cosas, todas de interés, para contárnoslas a la afición del arte Flamenco.

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  4. Andrés, perdóname. Es la inexperiencia en estas lides. Te contesto con mucho retraso para decirte simplemente: Gracias

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